Apocalipsis, 22
[1] Se mostró también un río de agua de vida, claro como un cristal, que manaba del solio de Dios y del Cordero. •
[2] En medio de la plaza de la ciudad, y de la una y otra parte del río estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto, y las hojas del árbol sanan a las gentes. •
Alude al río y al árbol de la vida, que había en el paraíso. El río que alegra la ciudad de Dios. Ps. 45, 5; Is. 66, 12.
[3] Allí no habrá jamás maldición alguna, sino que Dios y el Cordero estarán de asiento en ella, y sus siervos le servirán de continuo.
[4] Y verán su cara, y tendrán el nombre de él sobre sus frentes. •
[5] Y allí no habrá jamás noche, ni necesitarán luz de antorcha, ni luz de sol, por cuanto el Señor Dios los alumbrará; y reinarán por los siglos de los siglos. •
[6] Me dijo más: Estas palabras son dignas de todo crédito y muy verdaderas. Y el Señor Dios de los espíritus de los profetas ha enviado su ángel a manifestar a sus siervos cosas que deben suceder pronto. •
[7] Mas he aquí, dice el Señor, que yo vengo a toda prisa. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. •
[8] Y yo, Juan, soy el que he oído, y visto estas cosas. Y después de oídas y vistas, me postré ante los pies del ángel, que me las enseñaba, en acto de adorarle.
[9] Pero él me dijo: Guárdate de hacerlo, que yo soy un consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que observan las palabras de la profecía de este libro. Adora a Dios. •
[10] Me dijo también: No selles las palabras de la profecía de este libro, pues el tiempo está cerca. •
No tengas ocultas.
[11] El que daña, dañe aún; y el que está sucio, prosiga ensuciándose; pero el justo, justifíquese más y más; y el santo, más y más se santifique. •
[12] Mirad que vengo luego, y traigo conmigo mi galardón, para recompensar a cada uno según sus obras.
[13] Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio , y el fin. •
[14] Bienaventurados los que lavan sus vestiduras en la sangre del Cordero, para tener derecho al árbol de la vida y a entrar por las puertas de la ciudad santa. •
[15] Queden fuera los perros, y los hechiceros, y los deshonestos, y los homicidas, y los idólatras, y todo aquel que ama y practica la mentira. •
[16] Yo, Jesús , envié mi ángel a notificaros estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz, o estirpe, y la descendencia de David, el lucero brillante de la mañana. •
[17] Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Diga también quien escucha: Ven. Así mismo el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome gratis el agua de vida. •
Que es la Iglesia.
[18] Ahora bien, yo protesto a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro, que si alguno añadiere a ellas cualquier cosa, Dios descargará sobre él las plagas escritas en este libro.
[19] Y si alguno quitare cualquier cosa de las palabras del libro de esta profecía, Dios le quitará a él del Libro de la vida y de la ciudad santa, y no le dará parte en lo escrito en este libro. •
[20] El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente yo vengo luego. ¡Amén!. Ven, ¡oh Señor Jesús ! •
[21] La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. •