III Juan, 1
[1] El presbítero al muy querido Gayo, a quien amo yo de veras. •
[2] Carísimo, ruego a Dios que te prospere en todo, y goces salud, como la goza dichosamente tu alma.
[3] Grande ha sido mi contento con la venida de los hermanos, y el testimonio que dan de tu sincera piedad, como que sigues el camino de la verdad, de la buena nueva.
[4] En ninguna cosa tengo mayor gusto que cuando entiendo que mis hijos van por el camino de la verdad. •
[5] Carísimo mío, te portas como fiel y buen cristiano en todo lo que practicas con los hermanos, especialmente con los peregrinos,
[6] los cuales han dado testimonio de tu caridad públicamente en la Iglesia; y tú harás bien en hacerlos conducir y asistir en sus viajes con el decoro debido a Dios, •
[7] pues que por la gloria de su Nombre han emprendido el viaje, sin tomar nada de los gentiles recién convertidos. •
[8] Por eso mismo nosotros debemos acoger a los tales a fin de cooperar a la propagación de la verdad o de la buena nueva.
[9] Yo quizá hubiera escrito a la Iglesia; pero ese Diótrefes, que ambiciona la primacía entre los demás, nada quiere saber de nosotros. •
[10] Por tanto, si voy allá, yo denunciaré sus procedimientos, haciéndole ver cuán mal hace en ir vertiendo especies malignas contra nosotros; y como si esto no le bastase, no solamente no hospeda él a nuestros hermanos, sino que a los que les dan acogida se lo veda y los echa de la Iglesia. •
[11] Tú, querido mío, no has de imitar el mal ejemplo, sino el bueno. El que hace bien, es de Dios; el que hace mal, no mira a Dios.
[12] Todos dan testimonio a favor de Demetrio, y lo da la verdad misma, y se lo damos igualmente nosotros; y bien sabes que nuestro testimonio es verdadero. •
[13] Muchas cosas tenía que escribirte; pero no he querido hacerlo por medio de tinta y pluma;
[14] porque espero verte luego, y hablaremos boca a boca. La paz sea contigo. Te saludan los amigos. Saluda tú a los nuestros, a cada uno en particular. •