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I Macabeos, 5


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[1] Así que las naciones circunvecinas oyeron que el altar y el santuario habían sido reedificados como antes, se irritaron sobremanera.

[2] Y resolvieron exterminar a los de la estirpe de Jacob que vivían entre ellos, y en efecto, comenzaron a matar y perseguir aquel pueblo.

[3] Entretanto batía Judas a los hijos de Esaú en la Idumea y a los que estaban en Acrabatane, porque tenían como sitiados a los israelitas, e hizo en ellos un gran destrozo.

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Los nombres arcaicos sugieren una victoria semejante a la de David. 2Ma. 10, 14.

[4] También se acordó de castigar la malicia de los hijos de Beán, los cuales eran para el pueblo un lazo de tropiezo, armándole emboscadas en el camino.

[5] Y los obligó a encerrarse en unas torres, donde los tuvo cercados; y habiéndolos anatematizado, pegó fuego a las torres y las quemó con cuantos había dentro.

[6] De allí pasó a la tierra de los hijos de Amón, donde encontró un fuerte y numeroso ejército con Timoteo su caudillo.

[7] Tuvo diferentes choques con ellos, y los derrotó e hizo en ellos gran carnicería.

[8] Y tomó la ciudad de Gazer con los lugares dependientes de ella, y volvió a Judea.

[9] Pero los gentiles que habitaban en Galaad se reunieron para exterminar a los israelitas que vivían en su país; mas éstos se refugiaron en la fortaleza de Datemán;

[10] y desde allí escribieron cartas a Judas y a sus hermanos, en las cuales decían: Se han congregado las naciones circunvecinas para perdernos;

[11] y se preparan para venir a tomar la fortaleza donde nos hemos refugiado, siendo Timoteo el caudillo de su ejército.

[12] Ven, pues, luego, y líbranos de sus manos, porque han perecido ya muchos de los nuestros;

[13] y todos nuestros hermanos, que habitaban en los lugares próximos a Tubín, han sido muertos, habiéndose llevado cautivas a sus mujeres e hijos, y saqueándolo todo, y dado muerte allí mismo a cerca de mil hombres.

[14] Aún no habían acabado de leer estas cartas, cuando he aquí que llegaron otros mensajeros que venían de Galilea, rasgados sus vestidos, trayendo otras nuevas semejantes;

[15] pues decían haberse coligado contra ellos los de Tolemaida, y los de Tiro, y de Sidón, y que toda la Galilea estaba llena de extranjeros, con el fin, decían, de acabar con nosotros.

[16] Luego que Judas y su gente oyeron tales noticias, tuvieron un gran consejo para deliberar qué era lo que harían a favor de aquellos hermanos suyos que se hallaban en la angustia, y eran estrechados por aquella gente.

[17] Dijo, pues, Judas a su hermano Simón: Escoge un cuerpo de tropas, y ve a librar a tus hermanos que están en Galilea, y yo y mi hermano Jonatás iremos a Galaad.

[18] Y dejó a José, hijo de Zacarías, y a Azarías por caudillos del pueblo, para guardar la Judea con el resto del ejército;

[19] y les dio esta orden: Cuidad de esta gente, les dijo, y no salgáis a pelear contra los gentiles hasta que volvamos nosotros.

[20] Se dieron, pues, a Simón tres mil hombres para ir a Galilea, y Judas tomó ocho mil para pasar a Galaad.

[21] Partió Simón para la Galilea; y tuvo muchos encuentros con aquellas naciones, las que derrotó y fue persiguiendo hasta las puertas de Tolemaida,

[22] dejando muertos cerca de tres mil gentiles, y apoderándose del botín.

[23] Tomó después consigo a los judíos que había en Galilea y en Arbates, como también a sus mujeres e hijos, y todo cuanto tenían, y los condujo a la Judea con gran regocijo.

[24] Entretanto Judas Macabeo con su hermano Jonatás pasaron el Jordán, y caminaron tres días por el desierto.

[25] Y les salieron al encuentro los nabuteos, los cuales los recibieron pacíficamente, y les contaron lo que había acaecido a sus hermanos en Galaad;

[26] y cómo muchos de ellos se habían encerrado en Barasa, en Bosor, en Alimas, en Casfor, en Maget y Carnaím (todas ellas ciudades fuertes y grandes);

[27] y cómo quedaban también cercados los que habitaban en otras ciudades de Galaad, y les añadieron que los enemigos tenían determinado arrimar al día siguiente su ejército a aquellas ciudades, y cogerlos, y acabar con ellos en un solo día.

[28] Con esto partió Judas inmediatamente con su ejército por el camino del desierto de Bosor, y se apoderó de la ciudad, y pasó a cuchillo todos los varones, y después de saqueada, la entregó a las llamas.

[29] Por la noche salieron de allí, y se dirigieron a la fortaleza de Datemán;

[30] y al rayar el día, alzando los ojos vieron una tropa innumerable de gentes, que traían consigo escalas y máquinas para tomar la plaza, y destruir o hacer prisioneros a los que estaban dentro.

[31] Luego que Judas vio que se había comenzado el ataque, y que el clamor de los combatientes subía hasta el cielo, como si fuera el sonido de una trompeta, y que se oía una gran gritería en la ciudad,

[32] dijo a sus tropas: Pelead este día en defensa de vuestros hermanos.

[33] Y en seguida marcharon en tres columnas por las espaldas de los enemigos; tocaron las trompetas, y clamaron orando en alta voz.

[34] Y conocieron las tropas de Timoteo que era el Macabeo el que venía, y huyeron su encuentro; sufriendo un gran destrozo, y habiendo perecido en aquel día cerca de ocho mil hombres.

[35] De allí torció Judas el camino hacia Masfa, y la batió y se apoderó de ella; pasó a cuchillo a todos los varones, y después de haberla saqueado, la incendió.

[36] Partiendo más adelante tomó a Casbón, a Maget, a Bosor y a las demás ciudades de Galaad.

[37] Después de estos sucesos juntó Timoteo otro ejército, y se acampó frente a Rafón, a la otra parte del arroyo.

[38] Judas envió luego a reconocer el enemigo, y los emisarios le dijeron: Todas las naciones que nos rodean se han unido a Timoteo, es un ejército sumamente grande.

[39] Han tomado también en su auxilio a los árabes, y están acampados a la otra parte del arroyo, preparándose para venir a darte la batalla. Y enterado Judas de todo marchó contra ellos.

[40] Y dijo Timoteo a los capitanes de su ejército: Si cuando Judas con sus tropas llegue al arroyo, pasa él primero hacia nosotros, no le podremos resistir, y nos vencerá infaliblemente.

[41] Pero si él temiere pasar, y pusiere su campo en el otro lado del arroyo, pasémoslo nosotros y lograremos la victoria.

[42] En esto llegó Judas cerca del arroyo, y poniendo a los escribanos o comisarios del ejército a lo largo de la orilla del agua, les dio esta orden: No dejéis que se quede aquí nadie, sino que todos han de venir al combate.

[43] Dicho esto pasó él primero hacia los enemigos, y en pos de él toda la tropa, y así que llegaron, derrotaron a todos aquellos gentiles, los cuales arrojaron las armas, y huyeron al templo que había en Carnaím.

[44] Judas tomó la ciudad, y pegó fuego al templo y lo abrasó con cuantos había dentro; y Carnaím fue asolada, sin que pudiesen resistir a Judas.

[45] Entonces reunió Judas todos los israelitas que se hallaban en el país de Galaad, desde el más chico hasta el más grande, con sus mujeres e hijos, formando de todos ellos un ejército numerosísimo de gente para que viniesen a la tierra de Judá.

[46] Y llegaron a Efrón, ciudad grande situada en la embocadura del país, y muy fuerte; y no era posible dejarla a un lado, echando a la derecha o a la izquierda, sino que era preciso atravesar por medio de ella.

[47] Mas sus habitantes se encerraron, y tapiaron las puertas a cal y canto. Les envió Judas un mensajero de paz,

[48] diciéndoles: Tened a bien que pasemos por vuestro país para ir a nuestras casas, y nadie os hará daño, no haremos más que pasar. Sin embargo, ellos no quisieron abrir.

[49] Entonces Judas hizo pregonar por todo el ejército que cada uno lo asaltase por el lado en que se hallaba.

[50] En efecto, la atacaron los hombres más valientes, y se dio el asalto que duró todo aquel día y aquella noche, cayendo al fin en sus manos la ciudad.

[51] Y pasaron a cuchillo a todos los varones, y arrasaron a la ciudad hasta los cimientos, después de haberla saqueado, y atravesaron luego por toda ella, caminando por encima de los cadáveres.

[52] En segida pasaron el Jordán en la gran llanura que hay enfrente de Betsán.

[53] E iba Judas en la retaguardia reunien-do a los rezagados, y alentando al pueblo por todo el camino, hasta que llegaron a tierra de Judá.

[54] Y subieron al monte de Sión con alegría y regocijo, y ofrecieron allí holocausto en acción de gracias por el feliz regreso, sin que hubiese perecido ninguno de ellos.

[55] Pero mientras Judas y Jonatás estaban en el país de Galaad, y Simón su hermano en la Galilea delante de Tolemaida,

[56] José, hijo de Zacarías, y Azarías, comandante de las tropas, tuvieron noticia de estos felices sucesos, y de las batallas que se habían dado.

[57] Y José dijo a Azarías: Hagamos también nosotros célebre nuestro nombre, y vamos a pelear contra las naciones circunvecinas.

[58] Y dando la orden a las tropas de su ejército marcharon contra Jamnia.

[59] Pero Gorgias salió con su gente fuera de la ciudad, para venir al encuentro de ellos y presentarles la batalla.

[60] Y fueron batidos José y Azarías, los cuales echaron a huir hasta las fronteras de Judea; pereciendo aquel día hasta dos mil hombres del pueblo de Israel, habiendo sufrido el pueblo esta gran derrota,

[61] por no haber obedecido las órdenes de Judas y de sus hermanos, imaginándose que harían maravillas.

[62] Mas ellos no eran de la estirpe de aquellos varones, por medio de los cuales había sido salvado Israel.

[63] Por el contrario, las tropas de Judas adquirieron gran reputación, tanto en todo Israel, como entre las naciones todas a donde llegaba el eco de su fama.

[64] Y la gente les salía al encuentro con aclamaciones de júbilo.

[65] Marchó después Judas con sus hermanos al país de Mediodía a reducir a los hijos de Esaú, y se apoderó a la fuerza de Quebrón, y de sus aldeas, quemando sus muros y las torres que tenía alrededor.

[66] De allí partió y se dirigió al país de las naciones extranjeras, y recorrió la Samaria.

[67] En aquel tiempo murieron peleando unos sacerdotes por querer hacer proezas y haber entrado imprudentemente en el combate.

[68] Judas torció después hacia Azoto, país de los extranjeros, y derribó sus altares, quemó los simulacros de sus dioses, saqueó las ciudades, y con sus despojos volvió a tierra de Judá.

I Macabeos, 5